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Análisis estratégico del escenario de recuperación del sector de la construcción.(I, II y III)


25 de agosto de 2010

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Todos los periodos de crisis y recuperación económica obedecen a una serie de factores comunes que en menor o mayor medida influyen en la economía. La duración y amplitud de estos ciclos recesivos o expansivos viene condicionada por el factor desencadenante (producción, materias primas, crédito, vivienda,…) que determina la evolución y recuperación del resto de factores. El análisis e interpretación de los diferentes indicadores económicos junto a la evolución interna de cada sector permite a las empresas la toma de decisiones estratégicas con el fin de extraer el máximo partido a cada situación. De esta manera las empresas pueden evaluar la situación y anticipar las medidas a adoptar en su modelo de negocio que les permitan aprovecharse de los ciclos expansivos y minimizar riesgos y reducir el impacto de los ciclos recesivos.



A efectos macroeconómicos la construcción tiene un efecto multiplicador en el resto de sectores y estos a su vez influyen sobre la evolución de la construcción. Y en función de cual sea la inercia genera un circulo virtuoso o vicioso en la economía. En periodos de recuperación la contribución del sector de la construcción al crecimiento del VAB y del empleo está apoyada más en el tamaño relativo que en sus tasas de crecimiento y por tanto produce un efecto palanca que arrastra al resto de la economía e incluye un aumento de la recaudación fiscal con el consiguiente aumento del gasto público.

El proceso de ajuste del sector.
La brusca caída de la actividad  del sector de la promoción inmobiliaria ha dejado un sector sobrecapacitado. La situación actual del sector construcción ya se de por si complicada empeora mes a mes ante la constante caída de la obra pública y va a suponer una criba definitiva de empresas. Por tanto la recuperación del sector ni está cerca ni se la espera.

Mientras todo esto ocurre gran parte del sector sigue aturdido e inmerso en una miopía colectiva que no le deja ver más allá de un mes vista. Las caídas de facturación son constantes y las empresas se centran exclusivamente en la baja de precios para competir.  Los problemas de crédito y la morosidad acucian a las empresas y los empresarios centran sus preocupaciones en estos menesteres pensando que si consiguen sobrevivir a la crisis lo que venga después vendrá rodado. Y nada más lejos de la realidad.
Las pequeñas constructoras de más reputación  también están sufriendo y han visto reducido a casi cenizas el trabajo de toda una vida de sus fundadores muchas de ellas dirigidas ya por la segunda generación. Muchas o bien desaparecerán o bien nunca más recuperarán el tamaño que tenían. En un afán de sobrevivir algunas empresas están realizando movimientos de fusión o asociación de gran envergadura que les permita no sólo seguir trabajando si no además reducir riesgos y abarcar nuevas áreas de negocio que les permita crecer.

La crisis se habrá llevado por delante un buen número de empresas del sector. Erróneamente se cree que lo que viene después es coser y cantar y se escuchan comentarios del tipo “el pastel será más pequeño pero tocará a más para los que queden” o “el pastel será más pequeño pero tocará a repartir entre menos”. Obviamente mantener la empresa a flote es clave para seguir trabajando pero esto no es un mérito si no simplemente una característica  mercantil de cualquier empresa. Lo que de verdad importa es el nuevo escenario sobre el que vamos a trabajar y como lo vamos a hacer. Los anteriores planteamientos no dejan de ser un consuelo para quienes no han aplicado planteamientos estratégicos.


La polarización del mercado.
Mientras gran parte del sector sufre algunas empresas han salido más o menos airosas o incluso han crecido bien porque se anticiparon en tomar decisiones, bien por estar diversificadas, por apostar por reorientar el negocio, por seguir apostando por el valor añadido, por ofrecer productos de vanguardia, por trabajar en nichos de mercado ajenos a la crisis o simplemente por ser empresas patrimonialistas . Mientras el resto del sector perdía tamaño y se debilitaba su músculo financiero algunas empresas conseguían reducir el impacto y sufrían menores caídas de facturación y otras en cambio aumentaban su cuota relativa simplemente manteniendo facturación. Si encima aumentaban facturación la cosa era para tirar cohetes.

La alta atomización del sector de la construcción provoca en los periodos de crisis fruto de la caída de actividad el cierre o reducción de tamaño de empresas y un efecto de conglomerado. En este último efecto vemos fusiones,  asociaciones, colaboraciones y otras alianzas estratégicas entre empresas que les permite ser más competitivas gracias a procesos de integración,  diversificación  o aumento de tamaño. Así pues gran parte de ese pastel de tarta que comentábamos acaba en sus manos y absorben gran parte del aumento de actividad durante la etapas expansivas mientras el resto del sector subsiste con dificultad.

La polarización del mercado acrecenta las diferencias entre los diferentes agentes del sector. Así las pequeñas empresas con bajo valor añadido se ven envueltas en guerras de precios lo que reduce su rentabilidad mientras pequeñas empresas muy profesionalizas junto a las medianas y grandes empresas evitan entrar en esta práctica y prefieren realizar contratos a precios razonables trabajando con clientes que no sólo buscan el precio.
Hemos de entender que sin aportación de valor el crecimiento empresarial es muy costoso(décadas de reinversión) y que además las crisis acaban provocando cambios evolutivos en los sectores que no son interpretados por gran parte del sector y que por tanto acaban reduciendo la actividad de muchas empresas.

La recuperación económica y su incidencia en los subsectores de la construcción.
La recuperación del sector es de vital importancia para aquellas empresas que no tienen una política estratégica mientras para otras es un momento de oportunidad y asumen la ciclicidad a la que está sujeto el sector y actúan en consecuencia. Las primeras esperan un milagro con la recuperación, milagro que no llegará, o no en la forma como estos empresarios piensan. Para una minoría del sector que sigue trabajando con una relativa normalidad a pesar de la caída de facturación la recuperación será un momento que les permitirá aplicar estrategias de expansión y crecimiento.

Muchas empresas nacieron aupadas por el extremadamente largo ciclo expansivo anterior y no tienen por tanto memoria histórica de la ciclicidad y del severo ajuste que sufre el sector de la construcción en los ciclos recesivos. A otras en cambio el largo ciclo de bonanza vivido les hizo olvidar lo que sufrieron en anteriores crisis anteriores. Esto demuestra que aunque no haya conocimiento sectorial o macroeconómico suficiente en las empresas las experiencias de crisis anteriores tampoco les han servido para realizar políticas que mitiguen su impacto. Son pues estos motivos los responsables que la mayoría de empresas no identificarán la crisis hasta pasado el año de incidir en su actividad y no tomaran medidas hasta otro medio año después. Se entiende por tanto el impacto que sufrieron las empresas ante la ausencia de medidas en los momentos cruciales.

Las recuperaciones económicas vienen anticipadas por el aumento de la actividad industrial pero sobre todo de la industria exportadora. El aumento de las ventas en el sector industrial anticipa la contratación de mano de obra para atender los pedidos. El sector turístico por las características globales de la crisis también se ve favorecido por la mejora de la situación económica de los países emisores de turistas y viajes de negocios.  El sector servicios  se irá recuperando lentamente al son de la actividad del resto de sectores. La recuperación de estos sectores avanza la inversión no residencial de origen privado(oficinas, naves industriales, hoteles, comercios,…). El empleo es la parte que más tarda en beneficiarse del aumento de actividad y su recuperación está directamente ligada al proceso de ajuste, cuanto mayor haya sido y más haya durado más tiempo tardará en recuperarse. El consumo va aumentado lentamente a medida que aumenta la confianza en la economía y se va recuperando el empleo.

La borrachera de cifras en la recuperación. Impacto psicológico positivo frente a la evolución real.

Un aspecto clave en los procesos de recuperación es la percepción que consumidores y empresarios tienen sobre la evolución de la economía. Y es que la caída de actividad en la construcción ha tenido tal dimensión y ha llegado a unos niveles tan bajos de actividad que por poco que crezcan algunos subsectores lo harán por muy por encima de los dos dígitos sin que ello suponga un aumento de actividad relevante para las empresas. Por una parte muchas empresas y trabajadores que aumenten su actividad podrán volverse a volcar en la inversión y el consumo lo que favorecerá la percepción positiva de la evolución de la economía aunque el vecino o la empresa de al lado lo esté pasando mal. El ser humano tiende a ignorar las malas noticias y a sobrevalorar las buenas. Ejemplo de ello fue el inicio de la crisis en verano de 2007 cuando muchas empresas y trabajadores a pesar de la caída que tenían de actividad ignoraban la crisis hasta que en noviembre de 2008 se cebó de lleno en todos los sectores. Esta percepción sobre la evolución del sector se traducirá en un aumento de la confianza en la economía que no será plena hasta que el desempleo empiece a recuperarse de manera importante.

Un ejemplo es la promoción de viviendas con 76.000 visados en la actualidad. Si al año siguiente el número de visados se sitúa en las 100.000 viviendas estaríamos hablando de un crecimientos superiores al 30%. Si en el ejercicio posterior pasamos a 150.000 viviendas el crecimiento sería del 50%. A pesar  del crecimiento el bajo nivel de actividad seguiría pasando factura al sector por ser un volumen insuficiente para mantener el volumen de empresas del sector y de su industria auxiliar. La demanda de viviendas se sitúa en unas 300.000 y supondría un nivel de actividad razonable y suficiente para sostener a parte sector y generar empleo.

A la hora de analizar el número de visados nos encontramos con un problema estadístico. El universo de la muestra es tan reducido que el visado de un par de promociones que sumen  400 viviendas cambian de manera considerable el número de visados en un mes mostrando fuertes crecimientos. De los datos mensuales y su comparación con otros datos durante el año no se pueden extraer conclusiones que indiquen una mejoría de la situación. Hay que ampliar el rango de la observación a los datos trimetrales y compararlos con los del año anterior y aún así obtendríamos una información matizable.


En el dato de inversión en construcción que refleja las estadística  pasa tres cuartos de lo mismo. El valor atribuido a las obras computa todo el ciclo constructivo como uno por lo que este valor al no tener en cuenta el reparto temporal de las certificaciones que dividen una obra no ofrece una radiografía real del nivel de actividad. Así la obra visada a finales de año computa en ese año pero su incidencia en la actividad del sector se produce durante su ejecución que puede dilatar su inicio y su proceso constructivo necesite de uno, dos o varios años para completarse. Esto puede dar lugar a interpretaciones erróneas aseverando un nivel de actividad en un momento dado mayor que el real.

Buen ejemplo de como los datos pueden dar a diferentes conclusiones son  las estadísticas inmobiliarias. Por una parte el Ministerio de la Vivienda anuncia que las ventas de viviendas en España habían subido un 24,7% en el segundo trimestre de 2010 respecto al mismo periodo de 2009, y por la otra el colegio de registradores situaba este aumento en tan sólo un 2,2%. Lo mismo ocurría atendiendo a la variación trimestral, donde el Ministerio de Vivienda establecía un aumento del  39,6% en comparación con el primer trimestre de 2010 y el colegio de registradores marcaba una caída del 6%. Este bailes de cifras se debe a las tres fuentes desde las que se obtienen las estadísticas de ventas de viviendas en España: Ministerio de Vivienda (trimestral), Colegio de Registradores(trimestral) y el Instituto Nacional de Estadística (mensual). Mientras el Ministerio de la Vivienda obtiene sus datos del Colegio del Notariado(compraventas formalizadas en escritura pública),  el Colegio de Registradores y el INE lo hacen del registro de la propiedad. Así, los datos de las ventas de viviendas según una u otra fuente pueden reflejar una variación temporal entre varias semanas y hasta los tres meses. Como los datos trimestrales del INE y del Colegio de Registradores tienen el mismo origen muestran una elevada coincidencia. En el caso de los datos del Ministerio de Vivienda al prceder sus datos de los notarios muestran un adelanto a la fecha de publicación en el registro. El Colegio de Registradores asume una demora media de 45 días sobre la fecha de escritura a la hora de realizar sus informes. También las vacaciones y un aumento de la carga de trabajo ha retrasado su registro por lo que esta mejora en el número de transmisiones se verá reflejada en el resultado del próximo trimestre. Podemos por tanto decir que los datos publicados por el Ministerio de la Vivienda muestran más tempranamente las operaciones realizadas. Es por ello que en el caso de la subida del IVA los colegios y el INE no mostraron una mejoría de las ventas del trimestre anterior y la mostraron unos meses más tarde dando la impresión que no se anticipaban compras.



Así que en lo que concierne a las cifras hay que analizarlas e interpretarlas con perspectiva. La construcción es un sector que por sus implicaciones en la economía es muy mediático y donde los medios de comunicación tienen facilidad a dar titulares que nada tienen que ver con la realidad . Además muchos periodistas generalista realizan artículos y tertulias con comentarios que demuestran un desconocimiento absoluto del sector. Claro ejemplo son los recientes titulares que recogen los últimos datos de Eurostat y donde se dice que la construcción en España crece por encima de la media europea en el último trimestre y "se recupera". El dato atiende al comportamiento estacional del segundo trimestre que siempre tiene mayor actividad pero la abultada diferencia frente al año pasado en una situación de caída que continua presenta muchas dudas sobre su elaboración y lo más probable es que se tomara algún dato erróneo.

La lectura negativa es que muchos empresarios y profesionales que no entienden de conceptos macroeconómicos, no analizan las estadísticas ni leen informes sectoriales y que sólo se nutren de la información de estos medios perciben una realidad que no lo es y que les impide tomar medidas adecuadas a la situación real y por tanto les hace tener una mayor exposición a los riesgos del momento. Son legión en el sector los que aún no identifican el momento en que nos encontramos. Tampoco son conscientes que la recuperación no es un concepto colectivo y que la afectación individual en cada empresa dependerá de la estrategia que desarrollen hacia mercados o clientes. Mientras para una parte del sector la recuperación en sus empresas demorará meses o años respecto a la recuperación del sector, otros en cambio notarán una mejoría temprana mucho antes que las cifras oficiales.  Y es que la recuperación no es un camino que todos recorren al unísono ni con la misma carga ni a la misma velocidad.

Las cifras.
La producción en la construcción en 2008 tuvo un caída del 18.9%, y en 2009 del 26.1%. Las previsiones del informe Euroconstruct cifran una caída de un 17.7% para 2010, un 4.7% en 2011 y un 0,1 por ciento en 2012. Las características de cada uno de los subsectores de la construcción  hace que tengan diferentes comportamientos y que los tiempos e intensidad de su recuperación sean diferentes con una evolución desigual en cada territorio.

El volumen de actividad de las empresas está directamente ligado a su política y a la evolución del sector o subsectores donde la desarrolle. A pesar de la situación de cada subsector se pueden identificar ámbitos geográficos o mercados concretos que están tocando suelo y que permite a las empresas que los identifiquen mantener o recuperar actividad. Las empresas habrán de hacer un ejercicio de estudio del mercado y olvidar las barreras de las pymes, a prioris y otros perjuicios que les impiden actuar y reconducir su situación.

Obra pública.

La obra pública ha sido el refugio para muchas empresas del sector de la construcción desde el inicio de la crisis. El impacto en la recaudación de las AAPP llegó en 2009 y gracias al FEIL (8.000 mill. euros) se mantuvo la actividad del sector para acabar el año con un crecimiento del 3,4%. Por contra en 2010 los recortes de obra pública del Estado cifrados en 5.900 millones  para consolidar las cuentas públicas y reducir el déficit público además de los graves problemas por los que atraviesan muchos ayuntamientos que licitan en parte gracias al FEIL(5.000 mill. euros) van a suponer una caída del 24%. Para que nos hagamos una idea de la caída de la recaudación de los ayuntamientos proviniente del ladrillo las cifras: 16.662 millones de euros recaudados en  2006 frente a  los 2.525 de 2009 y los 1.830 previstos para este año 2010. Para 2011 continuará la caída de la obra pública con un descenso del 11% siempre y cuando se pongan en marcha  los proyectos anunciados de participación público-privado(PPP) del Plan Extraordinario de Infraestructuras (PEI) con 17.000 millones que se desarrollará durante dos años y podría agravarse si se mantiene la prohibición a los ayuntamientos de endeudarse a largo plazo durante el año 2011. El año 2012 puede ser el año que toque suelo el sector ante una esperada mejora de la situación económica y mejora del nivel de ingresos de las Administraciones Públicas permitiendo el aumento del gasto especialmente en obra pública.






La inversión en obra pública es la parte más afectada en los recortes de gasto público del Estado, CCAA y ayuntamientos y su recuperación está directamente ligada a la mejora de la actividad económica, y por tanto al aumento de la recaudación fiscal. Su evolución futura depende de las políticas que apliquen las administraciones públicas tanto de control del gasto como de tipo recaudatorio y de sus prioridades de inversión. La constante evolución de las sociedades y las necesidades para mantener su desarrollo hacen que la inversión en infraestructuras sea un bien irrenunciable además de tener un alto impacto en el empleo y en el PIB.

En referencia a las implicaciones económicas las administraciones públicas han de entender que la obra pública además de tener características procíclicas es un sector que depende únicamente de la inversión pública y por tanto las administraciones son directamente responsables de la salud del sector y del impacto y ciclicidad que la reducción de la inversión en obra pública produce en la economía.

El aumento del gasto en obra pública vendrá condicionado por la capacidad para invertir y endeudarse de las administraciones previa recuperación de los ingresos. Como estos últimos dependía en gran parte del sector construcción que en estos momentos está en niveles extremadamente bajos no recuperará volúmenes del ciclo expansivo anterior. Las Comunidades Autónomas donde la actividad del sector servicios e industria tengan más peso sobre su PIB serán las que antes se recuperarán. En el caso de los ayuntamientos la caída de la recaudación proveniente del sector construcción ha tenido tal impacto en su cuentas que muchos no van a poder seguir invirtiendo en la construcción de equipamientos y servicios. Cada municipio está condicionado además por la actividad económica en su territorio. Así encontramos en un extremo grandes ciudades con alta actividad económica centrada en el sector servicios e industrias y en el otro extremo municipios dormitorio o como segunda residencia sin apenas actividad económica en situación de quiebra técnica. Los primeros tendrán una evolución positiva más temprana mientras los segundos lo van a pasar verdaderamente mal  y no van a poder relanzar el gasto y la inversión en obra pública para atender servicios y ofrecer equipamientos en el medio plazo.  Por tanto los próximos años la obra pública va a tener una recuperación lenta con un comportamiento muy dispar por el territorio.







Mercado exterior.
El volumen de inversión no es suficiente para mantener a un sector con demasiadas empresas a las que se han añadido muchas otras de otros subsectores como única salida que han visto ante una caída de actividad nunca vista. Es por ello que la situación del sector aconseja  u obliga a la internacionalización de las empresas. Para muchas empresas la única forma de mantener cierto nivel de actividad o intentar crecer será realizando proyectos en el extranjero.

Muchos países están apostando fuerte por la inversión en infraestructuras. Entre ellos encontramos economías emergentes de Sudamérica o China, países como Marruecos, Nigeria, Argelia, Arabia Saudí, Emiratos Árabes  Unidos, países asiáticos como India, países de la Europa del Este pertenecientes a la CEE incorporados al euro o no, etcétera. En ellos se desarrollan todo tipo de proyectos de los más diversos tamaños que por su alto nivel técnico no cuentan o son insuficientes las empresas nacionales constructoras o de servicios capacitadas para su desarrollo. Son mercados abiertos que están facilitando la entrada de empresas extranjeras y cuyos mercados permiten obtener buenos resultados económicos. Muchas de las empresas que hoy salen a trabajar al extranjero acabarán siendo las empresas referentes en el futuro. El mercado se ha globalizado y los que no entiendan esto tarde o temprano desaparecerán.

Concesiones de obra pública y PPP.
La crisis económica y la caída de la recaudación fiscal no permiten a las Administraciones Públicas mantener el nivel de inversión en obra pública y en prestación de servicios como durante el boom económico. Como el sector de la construcción no volverá a alcanzar el volumen de actividad del ciclo anterior y la economía no se beneficiará de su impacto las Administraciones Públicas tampoco recuperarán gran parte de lo ingresos. Se abre así una tendencia alcista a potenciar las concesiones de obra pública y servicios como una vía que permita a las Administraciones Públicas atender las necesidades en infraestructuras, equipamientos y servicios.

Las infraestructuras determinan el desarrollo social y económico favoreciendo la movilidad, cohesionando el territorio y fortaleciendo el tejido económico. Vías de comunicación, ferrocarriles, equipamientos y servicios de todo tipo influyen en la calidad de vida y en la actividad económica donde se desarrollan. No son obras prescindibles y de ellas depende el desarrollo futuro.

La caída de obra pública y el excesivo número de empresas que concurren en el sector  obligará a muchas empresas a buscar oportunidades de negocio fuera de nuestras fronteras. España aunque ha alcanzado uno de los niveles más altos de infraestructuras de Europa no han tenido muchas de ellas un impacto en el desarrollo socio-económico. Se hace pues necesario replantear la idoneidad y prioridad de muchos proyectos que atiendan a responder a las verdaderas necesidades y que tengan una repercusión económica y social. Ejemplo de ello son infraestructuras como aeropuertos y vías de comunicación cuya infrautilización no ha permitido ningún beneficio a la comarca y han supuesto un gasto innecesario. Se debe replantear también si deben prevalecer los derechos de todos los ciudadanos para disfrutar de infraestructuras y servicios y llevar estos hasta el último pueblo frente a la viabilidad económica y la inversión en otras áreas con alta actividad económica y/o más pobladas. Y es que no se puede llevar una autopista hasta la última comarca ni es asumible ni costeable que todos los pueblos dispongan de los mismo servicios que una ciudad como bibliotecas, centros cívicos, residencias, polideportivos, etcétera. Es necesario por tanto reorientar la inversión de obra pública de manera que sea eficiente y permita el desarrollo del tejido socio-económico sin menoscabar o deprimir zonas con poca población  o baja actividad económica.

Concesiones.
La caída de ingresos ha puesto de manifiesto la inviabilidad de muchas concesiones además del problema crónico de la financiación en el caso de los ayuntamientos. Muchos ayuntamientos vieron en el modelo concesional una fuente de ingresos o forma de poder ofrecer servicios y dejándose guiar por asesorías  dieron lugar a concesiones de obra pública adjudicadas con pocas exigencias (canon, demanda, calidad...) pensando más en ofrecer servicios y en los ingresos que en la necesidad y conveniencia del servicio. Esta situación ha esparcido por el territorio todo tipo de concesiones de equipamientos(polideportivos, parkings,...) que no han generado suficientes ingresos(por canon) o como las concesiones de servicios (basuras,...) que suponen un coste al que ahora no pueden hacer frente por la caída de ingresos. En el lado contrario encontramos ayuntamientos donde los requisitos excesivos han supuesto una barrera importante para gran parte del sector. Cada vez es mayor el número de funcionarios de las áreas relacionadas que reciben formación sobre modelos concesionales lo que ayudará a la hora de gestionar su implantación. Estas circunstancias ayudarán además a uniformar los criterios y requisitos a la hora de licitar y conceder concesiones.

El modelo concesional es apto para la entrada de pequeñas constructoras si bien es ignorado por gran parte del sector bien por falta de capacitación profesional como por desconocimiento. En cambio son las constructoras de tamaño mediano las que más han volcado su estrategia de diversificación sobre todo en los sectores de mantenimiento de carreteras, gestión de aparcamientos, generación de energía, y otros servicios. La polivalencia de las medianas constructoras realizando todo tipo de infraestructuras, edificaciones e instalaciones les permite dar el paso a la gestión de estas construcciones y servicios. El alto desarrollo que el modelo concesional seguirá teniendo permite una expansión geográfica por el territorio de aquellas constructoras que actuaban en un ámbito geográfico limitado.


Proyectos de colaboración público-privada(PPP).
La Administraciones Públicas  están apostando por los contratos de concesión de obra pública principalmente de carreteras y ferrocarriles, aunque también se incluye la gestión de edificios públicos, con financiación a través de fórmulas de participación público-privada(PPP). La colaboración público-privada en la financiación de infraestructuras va a gozar de un fuerte desarrollo en el futuro sin que ello deba suponer una sustitución de la obra pública con cargo a los presupuestos de las Administraciones Públicas. Esta fórmula permite la construcción de costosas infraestructuras con un menor esfuerzo económico para las AAPP.

Las empresas de construcción e ingenierías colaborarán en la financiación de los proyectos. El cuanto al modelo de financiación el Banco Europeo de Inversiones (BEI) aporta más del 50% de la financiación, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) el 20%, la banca española el 10% y las empresas afrontarán con recursos propios como mínimo el 20% del proyecto inicial. El pago de las infraestructuras se realiza una vez finalizada y tras su puesta en servicio por lo que se situaría más allá de 2014. Con esto se evita que la inversión empiece a computar en el déficit hasta ese año.

Las altas necesidades de financiación de muchos de estos proyectos además de la capacitación técnica necesaria endurece la barreras de entrada por lo que favorece a las medianas y grandes constructoras. Los tamaños macro de muchos proyectos hace necesaria la fragmentación de estos de manera que permitan la entrada de empresas de todo tipo tanto en tamaño como de actividad. Algunos proyectos ya empiezan a desarrollarse con esta premisa al entender la necesidad del reparto de la actividad por lo que seguirá aumentando esta práctica.

Rehabilitación.
El sector de la rehabilitación acabó 2009 con una caída del 6,7%. El aumento significativo de las reformas visadas augura un 2010 con tasa de crecimiento positiva. Dentro del sector podemos diferenciar la que atañe a la conservación o rehabilitación de viviendas particulares, la rehabilitación de edificios, el mantenimiento de infraestructuras y la restauración del patrimonio arquitectónico artístico-histórico.

La reforma de viviendas.
La reforma de viviendas aunque tiene una tendencia natural a aumentar presenta hoy una elevada competencia a la que se le ha sumado muchos trabajadores y empresas del sector de la edificación ante las escasas barreras de entrada. La economía sumergida además impide competir en igualdad de condiciones y complica la situación de muchas empresas.

La rehabilitación en España sigue estando por debajo de la media europea. Este hecho unido al alto volumen de edificación de los últimos años  y unas previsiones de una menor edificación residencial nueva para los próximos años permitirá un aumento sostenido del sector durante la próxima década. Las propias características del  subsector de la rehabilitación lo hace tener una alta estabilidad  pues en los momentos de crisis la pérdida de clientes por desempleo(vivienda de sustitución) se ve compensada por quienes optan por la reforma de su vivienda en lugar de cambiarse a una nueva vivienda. Las medidas fiscales adoptadas por el Ministerio de la Vivienda en favor de la rehabilitación como la deducción en el IRPF y el IVA reducido ayudarán sin duda al sector pero no son suficientes para soliviantar la situación ni tampoco para convertirlo en un motor económico como otros subsectores de la construcción.

La rehabilitación y mantenimiento de edificios.
Es un subsector que mantendrá un actividad creciente ante el envejecimiento del parque de edificios, las necesidades de mantenimiento, y la recuperación de edificios públicos e industrias dándole nuevos usos.

El sector de la rehabilitación en España tiende a la aproximación a la media europea, no obstante la particularidad de nuestro país no permitirá alcanzar el mismo peso dentro del sector. Las características climáticas de nuestro país con inviernos suaves permite obviar un aspecto básico en la vivienda como es el aislamiento lo que hace que muchos ciudadanos consideren innecesaria la rehabilitación. También tiene su afectación el que predomine el desarrollo urbanístico vertical a pesar de que en los últimos años se haya prodigado el desarrollo horizontal con verdaderas aberraciones paisajísticas y de alto impacto medioambiental. Los edificios son más eficientes térmicamente frente a casas unifamiliares o plurifamiliares donde hay mayor superficie expuesta a la climatología.

Los ciudadanos son cada vez mas conscientes que el gasto de la prevención a través de la conservación de los edificios es mucho menos costosa que su reparación posterior. La demora de estas tareas acaba teniendo unos mayores costes por los desperfectos que causan averías y patologías como fugas, humedades, problemas de estructura,  filtraciones de la cubierta, etcétera.

Muchos edificios en los cascos antiguos de las ciudades no han sido reformados nunca y  las condiciones de vida que permiten no son las idóneas o el estado semi-ruinoso amenaza la seguridad de sus inquilinos. Este estado de conservación acaba repercutiendo en el comercio, en la actividad económica y el tejido social del barrio. La cada vez mayor concienciación por parte de la sociedad y la presión que ejercen sobre las administraciones seguirá fomentando las políticas(ayudas, fiscales) hacia la rehabilitación y  la recuperación de barrios. La Inspección Técnica de Edificios favorece además el conocimiento que las administraciones públicas  tienen de esta problemática y el desarrollo de políticas encaminadas a fomentar su rehabilitación.

Por otra parte la recuperación económica favorece la creación de negocios. Muchos de ellos se implantan en locales comerciales, naves industriales y otras edificaciones que albergaban otra actividad y por tanto requieren reformarlos o rehabilitarlos para adecuarlos a las necesidades del nuevo negocio.

Dentro de la rehabilitación de edificios cobra especial relevancia la rehabilitación energética, un área que tiene un potencial de crecimiento enorme y que aún sufrirá cambios de alto valor añadido por los cambios normativos y grandes y constantes avances tecnológicos hasta conseguir cero emisiones y autosuficiencia energética. La introducción de la norma que establece la obligatoriedad de la certificación de eficiencia energética (siguiendo la directiva comunitaria CE) tanto en edificios existentes como en obra nueva potenciara sin duda el desarrollo de este sector y su industria.  El PLAN 2000 ESE de obras de rehabilitación y eficiencia energética en las Administraciones Públicas permitirá la adecuación de edificios públicos con el objeto de ahorrar un 20 % de su consumo energético en durante el periodo 2010-2012.

Restauración.
La restauración de monumentos es un subsector altamente especializado. La concienciación de la sociedad a la hora de conservar el patrimonio arquitectónico de carácter histórico-artístico ha permitido un impulso de la actividad restauradora y a la cual se vislumbra un constante crecimiento en el futuro gracias además de a la inversión de las administraciones públicas a la iniciativa y financiación privada.

Mantenimiento de infraestructuras.
El mantenimiento y adecuación de las infraestructuras es un sector en auge. El envejecimiento, desgaste y obsolescencia de las infraestructuras hace necesaria no sólo la conservación si no también el mantenimiento  y su reforma integral con el fin de que puedan seguir prestando un servicio adecuado a los requerimientos y necesidades actuales. También el alto desarrollo de infraestructuras en la última década ha hecho aumentar la demanda de servicios de mantenimiento. Entre estos servicios encontramos los que atañen a mantenimiento de carreteras, vías férreas, suburbano, de señalización, iluminación, parques y jardines, mobiliario urbano, equipamientos y edificios públicos, referentes a la accesibilidad, etcétera. No obstante será un sector que verá reducido el gasto, el mantenimiento los primeros años de una construción aunque necesario se considera prescindible, y la recuperación de la inversión irá condicionada por el cuadramiento de las cuentas públicas. 










Entrega número 3 de 8 entregas.  

En breve se publicarán las siguientes entregas donde se analizan los diferentes subsectores de la construcción, agentes, factores y planteamientos empresariales.


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