El futuro se llama concesiones.

Con un desplome 80% de la actividad inmobiliaria(residencial y no residencial), que representa el 50% del sector de la construcción y que nunca volverá a recuperar su tamaño, una disminución de la obra pública saturada y reventada por las bajadas de precio y la poca rentabilidad(25% del sector), la rehabilitación(25% restante) con poca capacidad de absorción y una obra civil a la que todos se están dirigiendo como única salida pero que por lógica aplastante no tiene pastel para quitar el hambre, la situación es de extrema gravedad. Hay otra opción a la que no se le está prestando la atención que requiere porque supone un salto cualitativo y la gran mayoría de las pequeñas empresas constructoras de nuestro país no tienen la capacitación suficiente para llevarlo acabo, son las concesiones. Este cambio requiere de una capacitación económica y técnica muy superior a la que sólo un reducido muy pequeño de pequeñas constructoras se prestarán. Todas las grandes, todas las medianas y alguna que otra pequeña ya han hecho los deberes con excelentes resultados.

El estado, comunidades autónomas y ayuntamientos están reduciendo sus ingresos debido a la actual situación económica que es y será virulenta a corto plazo y que junto al aumento de los gastos sociales menguará los recursos disponibles de las administraciones para acometer obras de infraestructuras. La escasez de fondos públicos en el corto y medio plazo obligará a las administraciones a recurrir a las concesiones como la única vía para acometer grandes infraestructuras como puede ser una autopista o una línea de ferrocarril, y pequeñas infraestructuras como residencias, polideportivos, hospitales, etcétera. Con una problemática financiera como la actual los bancos habrán de hacer un esfuerzo y volcarse en estos proyectos como una vía segura de rentabilidad tras el descalabro inmobiliario.

El mero hecho que una empresa entré en estos modelos de negocio se ha de considerar como un cambio estratégico con todo lo que ello comporta. Ese cambio de chip permitirá ampliar el radio de cobertura de la empresa no sólo del nuevo negocio sinó del core business, generará un mayor conocimiento, permitirá desarrollar mayores y más complejos proyectos, incorporará la diversificación con todas sus ventajas, mejorará el acceso a la financiación, etc.