Contratación de obra y análisis de riesgo

En los tiempos que corren se han reducido las garantías y las clasificaciones de riesgo de las empresas. El número de empresas concursadas es alarmante. Lo que pudiera leer en un diario como una simple noticia no hago más que vivirlo cada día. Las conversaciones dentro de la empresa son un constante intercambio de información donde hablamos de empresas conocidas grandes y pequeñas, nacionales o regionales, y de clientes y proveedores antiguos que están presentando procesos concursales. La propia empresa en la que estoy es constantemente evaluada por project managers y proveedores apesar de tener una fuerte musculatura económica y bajísimo apalancamiento y pertenecer a un grupo formado por tres empresas que se retroalimentan de obras entresí y se complementan para la ejecución de obras por lo que además les permite tener un coste de estructura muy bajo y un coste operativo que permite realizar obras a un precio competitivo con calidad y alto grado de satisfacción de los clientes. Apesar de tener una carga de trabajo del 100% hasta hace un mes, las obras se acaban y el número de peticiones de presupuestos ha bajado considerablemente. Aún así la carga de trabajo es aceptable.

El problema principal radica en que las análisis de riesgo son exageradamente negativos. Una simple y relativamente segura operación directa con el cliente basada en la construcción de un edificio de oficinas para una empresa portuaria no recibe la aceptación de confirming. El riesgo se ha extendido por todo el entramado empresarial y no sólo en la construcción. Ante esta tesitura la empresa constructora se ve en la obligación de evaluar bajo su criterio la operación y valorar si asume el riesgo y ejecuta la obra. Osea, que si consigues obras aún tienes que lidiar con el riesgo. Y así están algunos, que no saben si cerrar por falta de obras o trabajar y acabar en un proceso concursal por impagos.

Otro caso que estoy viviendo es la necesidad de dinero que tienen las empresas. Los proveedores y subcontratas llaman constantemente a la oficina, bien sea para pedir favores en forma de pedidos o subcontratas, bien sea para adelantar los cobros de trabajos realizados, además de olvidarse de las obligaciones burocráticas que tienen que cumplir para cobrar deacuerdo a la función fiscalizadora que ejercen las constructoras sobre ellas obligadas por ley. Estos episodios provocan una distorsión en el departamento administrativo y contable saturando los departamentos y ralentizando otros trabajos. La determinación en la empresa ha sido notificar a todas ellas que en caso de no presentar las documentaciones requeridas junto con las facturas antes de fecha quedarían vistas para el mes siguiente de su vencimiento. Informaciones tan sencillas y lógicas quiero creer que debiero ser mal interpretadas por algunos proveedores o subcontratas pues nos habían llegado la noticia al equipo que la empresa estaba en proceso concursal. Situaciones como esta te hacen reflexionar hasta que punto se ha instaurado la psicosis en las empresas. Es obvio que hay una crisis de confianza a todos los niveles. Y resulta muy difícil trabajar en estas condiciones.