Análisis de la ofertas en los concursos de obra pública.

Durante estos días me he puesto a analizar licitaciones de obra pública y me he encontrado con el mismo panorama que unos años atrás, ofertas poco trabajadas. En muchas licitaciones aparecen pequeñas y medianas empresas conocidas y reconocidas por el sector y también empresas grandes a las que se les presupone un personal profesional. Dada la situación por la que atraviesa el sector sorprende ver que poco o nada ha cambiado y las ofertas presentadas a los concursos siguen los mismo patrones que antes.

Aspecto económico. 

En el aspecto económico de las licitaciones se da gran disparidad en los precios ofertados, cosa por otra parte habitual y que viene determinado por el volumen de obra que tiene las empresas y los descuentos aplicados por los proveedores, economía de escala pura y dura. Algunas empresas se dedican exclusivamente a la obra pública por lo que tienen maquinaria y una plantilla especializada que les permite mayores rendimientos y  por tanto unos costes indirectos menores que la competencia. También hay algunas empresas normalmente pequeñas que se mantienen por precio en las primeras posiciones y cuyas ofertas se deben sustentar en una fuerte reducción del coste de la mano de obra al no poder beneficiarse de los descuentos de los proveedores. Y por último las empresas que nunca antes habían trabajado para la obra pública y que se presentan como única vía para obtener obra. Las ofertas con bajas acusadas también se dan y es que muchas empresas ajustan al límite para cubrir sólo gastos pues su único objetivo es seguir trabajando y poder pagar los salarios.

Jefatura de obra.

En lo que respecta a la jefatura de obra presentada a las ofertas encontramos todo tipo de perfiles. Desde titulados como Ingenieros de caminos, arquitectos superiores, arquitectos técnicos, ingenieros industriales hasta jefes de obra sin titulación, empresarios haciendo de jefes de obra o encargados que cubren la función de jefe de obra. En muchas ofertas se valora la titulación o el tipo de titulación del jefe de obra que va a desarrollar la construcción y por tanto suma puntos en el concurso. Y aunque un encargado puede estar capacitado para cierto tipo de obras me vienen a la cabeza algunos empresarios tan habituales en el sector que no valoran el capital humano. También cabe mencionar que el no haber apostado por el capital humano tiene un precio que ahora se paga perdiendo unos valiosos puntos en un concurso de obra pública cuando todo el sector atraviesa una crisis nunca vista.

Consideraciones técnicas.

En el aspecto técnico los proyectos siguen mostrando en gran parte poca elaboración, y demuestran una vez más porque se paga tan poco por ellos. Es difícil cambiar este hábito si no hay mayor exigencia y además remuneración, pero las cosas cambiarán cuando se aplique en la obra pública española el contrato de precio cerrado, cuestión sobre la que ya ha empezado a presionar Bruselas y el Gobierno a fecha de hoy ha introducido ya algunos cambios, tema que ya comenté en el artículo La obra pública española camina hacia el precio cerrado. Encontramos por tanto proyectos demasiado detallados con información innecesaria que da pie a confusión, proyectos poco elaborados con la información justa que dificulta las interpretaciones, proyectos con errores de detalles o realizados con un copia y pega, y así uno tras otro. Es pues misión de la jefatura de obra estudiar el proyecto, detectar errores, plantear mejoras, etc. Es un aspecto que también es valorado con puntos en el concurso y que vistas las ofertas no se le presta mucha atención. En función del perfil profesional del jefe de obra debieran obtenerse unos resultados u otros. Pero la realidad es bien distinta y encontramos ofertas con jefes de obra Ingenieros de Caminos que no detectaron errores ni propusieron mejoras y por contra un Ingeniero Industrial o un jefe de obra sin titulación presentaron ambas. Habría que preguntarse entonces quien realizó el presupuesto, si la dirección de la empresa o el jefe de obra, pues quizás el jefe de obra ni siquiera  visto el proyecto y su primer contacto será para preparar las tareas, realizar pedidos de materiales y contratar mano de obra. 

También cabe preguntarse si en caso que el jefe de obra analice el proyecto le dedica tiempo a estudiarlo o simplemente ejecuta la obra o presupuesta, contrata y ejecuta.  Y es que en los concursos se ven casos de ofertas que no detectaron que no había mobiliario urbano en el proyecto, que los vados no estaban reflejados, que el corte de la circulación de una calle no estaba contemplado, que la duración de la obra se podía reducir con ligeros cambios con las consiguiente reducción de molestias a los vecinos, que la larga duración de la obra y las molestias que ocasiona pudiera compensarse con un punto de información para los vecinos, etc. Como tipologías de empresas y jefes de obra hay muchos encontraremos casos de lo más diverso.

Garantía de la obra.

Un aspecto que da lugar a interpretaciones es el de la garantía de la obra.  A lo largo de los años he visto muchas obras y he conocido la manera de trabajar de muchas empresas. Cuando con el paso de los años he vuelto a pasar por algún lugar donde había habido una obra he podido constatar quien trabajó bien y quien no. También conociendo a la empresa que la realizó puede saber el estado de conservación o degradación que sufrirá una construcción con el paso del tiempo. Y por eso que en el tema de las garantías me encuentro a primeras con un contrasentido que tiene su explicación al estar sujeta a puntuación en el concurso. 

El periodo mínimo legal de garantía es de 12 meses y son las empresas con más reputación las que presentan períodos de garantía medios que por lo general se sitúan en torno a los 24 meses, y las menos conocidas son las que más garantía dan con periodos de 36,48 y hasta 60 meses.  Teniendo en cuenta que una obra bien ejecutada no debe tener problemas no veo mal la extensión de la garantía a periodos largos. Y aquí me viene a la cabeza una frase que me hizo un compañero en mi empeño por la buena ejecución de una obra y que decía que la construcción iba sobrada a nivel técnico y esa construcción no estaría ahí toda la vida y tarde o temprano construirían otra cosa. Y tenía razón, si la construcción está ejecutada correctamente cumplirá con creces su función y por tanto debiera perdurar en el tiempo salvo motivos de fuerza mayor. Es por ello que si está bien ejecutada una extensión de la garantía no debe ser motivo de preocupación y es el motivo por el que muchas empresas dan garantía muy largas con el fin de sacar el máximo de puntos posibles, quizás el aspecto más gratuito de todos y que supone un extra de puntos importante en el concurso. Ahora bien, los ayuntamientos son bastante reacios a pagar siempre por lo que ante cualquier problema si existe una duda razonable de mala ejecución tirarán de garantía. Con la crisis no es momento para tener sobrecostes pero también es cierto que en caso de que surgieran problemas sería dentro de varios años momento para el cual la crisis ya habría pasado y la situación económica de la empresa se habría normalizado.

Política de empresa y experiencia.

Quizás gran parte de culpa del modus operandi para realizar las ofertas económicas sea debido al boom económico. Durante ese periodo las altas cargas de trabajo provocaron que muchas empresas pusieran a jefes de obra como jefes de grupo y a recién licenciados asumiendo puestos de jefe de obra con tal de coger obras y aún a costa de reducir el margen de beneficio de la obra. Con esta dinámica los profesionales no asumieron las buenas prácticas de la profesión y se volcaron en la ejecución dejando de lado el estudio del proyecto y el control de costes ante el desbordamiento del trabajo. Ahora que es cuando más se necesita un profesional metódico nos encontramos con malos hábitos adquiridos en el pasado que están dejando huella día a día en sus trabajos.