España se hunde.

Cuando allá por agosto del 2007 estalló la burbuja de las "hedge funds" los ciudadanos no apercibieron la gravedad del suceso. Tardó un año la sociedad en percibir que algo iba mal. Y en estos momentos el ciudadano piensa que hay crisis y que saldremos el año que viene.

En psicología y sociología se entiende que hasta que una persona no sufre en sus carnes un suceso no se apercibe de lo que otra persona puede sentir. Es lo que se conoce como empatía a la capacidad del individuo de ponerse en el lugar del otro. En los inicios de la actual crisis los trabajadores del sector de la construcción sufrieron en sus carnes la severidad de la crisis viendo la otra parte de la sociedad este hecho como algo ajeno que no les afectaba. La sociedad ha tardado un año a golpe de noticias  en asimilar que hay crisis, ahora ya sólo un necio la pone en cuestión y conozco unos cuantos. ¿Pero es consciente la sociedad de la gravedad de la crisis? Pues sencillamente no. Lo que se está mostrando en los medios de comunicación no es toda la verdad. Los medios de comunicación han dejado de comunicar objetivamente y han pasado a condicionar la información y sólo nos dan datos de indicadores macroeconómicos que el ciudadano de apie no comprende. La situación actual se está cargado el tejido económico del país, o lo que es lo mismo, España se hunde.

Para argumentar la frase final anterior analizaré la situación.

Tras el derrumbe del sistema financiero mundial nuestro sector inmobiliario se ha quedado con un stock de un millón de viviendas que subirá algo más este año. Esto ha provocado que las promotoras no pudieran hacer frente a los pagos a los bancos. Los bancos han tenido que aceptar activos inmobiliarios de las promotoras para devolver la deuda. El Banco de España obliga a provisionar el 15% de los activos a los bancos por lo que reducen su liquidez todavía más. Para evitar esto el Banco de España reduce al 10% la obligación de provisionar fondos a los bancos en la parte que corresponda a activos inmobiliarios, dejando el resto igual. Como el precio de los pisos baja el valor de sus activos baja también por lo que tienen que volver a compensar al alza la provisión en sus cuentas. Esto lleva a los bancos a ejecutar las acciones sobre deuda de las  promotoras pasando el banco de acreedor a socio de la promotora. Esta situación convierte a los bancos en caso de proceso concursal de las promotoras en ser la última parte en cobrar el adeudo de las promotoras. Los bancos se ven obligados a salvar a toda costa a la promotora. Los bancos y cajas crean una entidad que aglutine los pisos que obran en su poder a fin de apartar todos los problemas contables derivados. Los pisos no deben bajar más de ese 20% pues viene a ser el TIR de las promotoras y lo que les permite vender a los bancos a precio de coste y sin perder dinero. Las promotoras funcionan bajo préstamo hipotecario por lo que si los precios bajan más de ese 20% entrarían en proceso concursal técnico al ser superior el pasivo a sus activos. Si bajan los pisos entrarían en fallida varias cajas de ahorros que son las que más exposición tienen en sus cuentas de hipotecas a promociones.

La falta de liquidez en el mercado interbancario ha provocado una reducción del crédito a las familias y a las empresas. A esto le añadimos la situación de lo bancos españoles con el lastre de la construcción en sus cuentas. El crédito se encarece por el aumento de la morosidad empresarial y de las famílias. Como aumenta la morosidad se restringe y se encarece el crédito. Las empresas reducen su estructura porque los bancos no les dan créditos para mantener su nivel de apalancamiento por lo que despiden a los trabajadores y reducen pedidos a otras empresas y así succesivamente. Esto también afecta a su vez a los consumidores, trabajadores que pasan al desempleo y reducen su capacidad de consumo. Y vuelta a empezar.

Ahora pasemos a la destrucción de empleo. Estamos en los cuatro millones de parados, donde incluyo quinientos mil que están en paro realizando cursos de formación y que el Estado no contabiliza. Esto reduce los ingresos del estado en forma de contribución a las arcas de la seguridad social, aumenta el gasto en concepto de prestación de desemplo y asistencia social y reduce drásticamente el consumo en la economía.

Fruto de la reducción del consumo interno y de la caida de las exportaciones se produce una caida de la producción industrial en todos los sectores y aumentan los despidos severamente en los sectores de la industria y de los servicios, siendo ahora los principales destructores de empleo igual que pasó con la construcción. El turismo, segundo pilar de la economía detrás de la construcción, siendo España primera potencia mundial en este sector empieza a caer por encima de los dos dígitos. Al desempleo de la construcción sumamos ahora industria, servicios y turismo. Los bienes de equipo se reducen un 21% hasta hoy justo cuando se aprecia en los indicadores una caida pronunciada de imprevisibles consecuencias. Esta situación va a generar en 2009 una tasa de desempleo oficial del 21%(26% real).

El Estado va a ingresar menos en concepto de cotizaciones sociales, de IRPF y de impuesto de sociedades al igual que  las comunidades autónomas los impuestos que tengan transferidos.  El aumento del gasto social y el esfuerzo generado para aliviar mínimamente la crisis a costa del superávit deja las cuentas con un déficit del 6%. El Estado no puede gastar más y si emite deuda para disponer de liquidez y generar gasto la inversores privados la comprarán impidiendo que sean los que levanten la economía.

¿Recuperación en 2010? No rotundo.

El mal endémico de nuestra economía será el stock de viviendas. Cuando las economías mundiales empiecen a tocar fondo en 2010 y empiece la senda alcista España notará que crecen las exportaciones y que crece el turismo desde los valores en que hayamos quedado. Esto mejorará algunos sectores pero no puede levantar el país. Recordemos que la construcción representaba el 18% del PIB y con todo lo que ello representa indirectamente en otros sectores. La construcción repercute de una manera muy distributiva en todos los sectores. Con tanta gente sin empleo el stock de vivienda puede tardar 5 ó 6 años en asimilarse a un ritmo de doscientas mil viviendas nuevas anuales vendidas. Demanda latente hay pero el 21% de la población activa no tiene empleo. Y hasta que no se acabe con este stock el sector de la construcción no volverá a generar empleo. Y se acabó la aportación el 18% del PIB, el sector quedará reducido a una aportación 10% sobre el PIB que es el valor lógico y medio en Europa. Osea, que si tenemos en cuenta que la construcción no va a tirar del carro como siempre ha sido en este país y que los demás sectores están muy tocados y con vistas a empeorar, la pregunta es ¿como vamos a salir de la crisis? La respuesta vendrá de la economía mundial y España puede tardar más de diez años en recuperarse con un coste no sólo económico sinó también social.

A todo lo anteriormente expuesto añadimos que son hechos interrelacionados que crean un bucle increscendo de dificilísima salida.

A España no le queda más remedio que acometer de una vez por todas con reformas estructurales serias y valientes. Esta reformas tienen un coste económico considerable para las arcas del Estado y un coste social muy alto pero son necesarias en la situación actual a falta de soluciones efectivas. La actual crisis no se resuelve tirando de libro. Sus característica exigen soluciones imaginativas y valiente, impensables antes. O se realizan ya o lo que ahora pudiera verse como un sacrificio durante unos años y que seguro no será comprendido por la gran mayoría de la sociedad pudiera desembocar en una degradación del país como le pasó a Argentina y de la cual se tardaría en salir varios lustros.