Benchmarking en la construcción

Como Benchmarking se entiende la evaluación continua de los procesos, servicios y productos de las empresas que son consideradas como referentes en su sector por sus buenas prácticas. Es decir, una pequeña empresa constructora que quiere mejorar y crecer copiará todo lo que pueda implementar de manera beneficiosa de una empresa constructora más grande la cual es considerada modélica en el sector.

La mayoría de empresarios o bien desconocen los procesos de la competencia o bien piensa que esta funcione igual que su empresa. Partiendo de la base que la mayoría de empresas son una extensión del empresario debemos entender que las limitaciones de estos acaban limitando a sus empresas. Es lo que se conoce como el principio de Peter que dice que un individuo tiene posibilidades de progresión profesional hasta que llega a su estado de incompetencia. Trasladándolo al ámbito empresarial vendría a decir que una empresa progresa y crece hasta que el empresario llega al estado de incompetencia. Cuando una persona en un trabajo llega al estado de incompetencia quiere decir que ha conseguido ascender a ese puesto pero sus conocimientos y/o capacidad no le permite desarrollarlo por lo que su capacitación profesional estaría un puesto por debajo al que está desarrollando en ese momento. Una persona en situación de incompetencia acabará lastrando los resultados porque no estará desarrollando su trabajo con profesionalidad.

Como anteceso a lo que explicaré daré como valor verdadero que el orden de los procesos y la delimitación de responsabilidades genera una optimización de los procesos, mejora y controla los costes y ayuda al seguimiento tanto de procesos como de costes, además de permitir un mejor control de la empresa.

La mayoría de empresas no tienen un organigrama bien definido, muchas veces o bien se solapan competencias o bien las competencias son muy difusas. Para clarificar las explicaciones pondremos un ejemplo:

Pongamos el caso de una pequeña constructora que realiza un par de obras pequeñas de apenas unos cientos de miles de euros donde el propietario(que antes fué Oficial de primera)tiene a un encargado que le lleva la obra y él lleva la gestión de la empresa. Los conocimientos del encargado no atienden a costes, lo que necesita lo pide. El empresario es el que realiza las grandes compras. Este empresario no realiza un flujo de caja y sólo sabrá el beneficio obtenido al finalizar la obra y realizar un primitivo "debe-haber".

Analizando este sencillo caso tan habitual hoy en día podemos deducir de una manera simplista que: la calidad de la obra no será óptima pues no ha sido supervisada por personal competente, el seguimiento económico de la obra no existe por lo que habrá aumento de los costes, y el empresario no conoce la capacidad financiera de su empresa por lo que le impide adecuar correctamente la capacidad de trabajo de su empresa a sus verdaderas posiblidades. Este empresario ha llegado a su nivel de incompetencia. Su empresa no va a mejorar, quizás acabe facturando el doble o el triple con el tiempo, pero su modelo de empresa será el mismo por lo que cuando las circunstancias del mercado sean adversas probablemente desaparecerá. Son empresas que funcionan "bien" sólo en ciclos alcistas de la economía.

Este empresario tiene varias formas de mejorar su empresa. Una sería adquiriendo conocimiento y voluntad para hacer bien las cosas, cosa difícil pues no lo ha hecho antes. Otra forma sería sustituyendo al encargado por un jefe de obra capacitado con conocimientos de gestión cuyo mayor sueldo se vería compensado. Este jefe de obra vendría de una constructora de edificación donde están acostumbrados a procesos de planificación y seguimiento técnico y económico, compras, contratación, etc. La contratación de este profesional provocaría una inyección de conomiento importantísima además de una inercia en el funcionamiento de la empresa por que este profesional no renunciaría a su "Know how" y querría implantar su saber hacer, salvo que el empresario no dejara hacer por lo que acabaría dejando la empresa. Este profesional estaría implementado sólo los procesos que considerase válidos y que ayudasen a la mejora en todas la áreas de la empresa. Este proceso sería un Benchmarking inducido o interno pues este profesional ahora trabaja para nosotros y nos traslada su saber hacer y el saber hacer de otras empresas a la nuestra. El tiempo demostraría que invertir en capital humano profesional es muy rentable. Así tendríamos cubierta la calidad en obra, se optimizarían los recursos, mejorarían los costes y se tendría un control económico de las obras, además podríamos conocer el flujo de caja presente y futuro y gracias a ello podríamos conocer si nuestra capacidad financiera y de trabajo nos permite realizar una tercera obra o realizar una tercera que se ajuste a nuestras capacidades financieras y de trabajo. Esto nos permitiría finalmente mejorar nuestras facturación y aumentar el beneficio por obra. Como la obra estaría bien realizada mejoraría la opinión que tienen de nosotros nuestros clientes con posibles fidelizaciones.

Este ejemplo lo podemos extrapolar a empresas más grandes y con una estructura más compleja. Puede haber áreas de una empresa que funcionan y otras que no tanto. Para poder evaluar el funcionamiento de una empresa es preciso siempre compararla con la competencia y observar que procesos, áreas y productos realizan mejor que nosotros. El conocimiento se puede adquirir através del personal, contratándolo, colaborando con la competencia para mejoras comunes, creando un grupo de trabajo interdisplinar que analice todas las áreas de la empresa, etc. El conocimiento no ha de verse como un coste sinó como una inversión que se rentabiliza y que da valor a la empresa.