Crédito y pólizas de riesgo: psicosis

 

La crisis ha disparado los niveles de morosidad generando un ajuste en las condiciones de contratación de líneas de crédito y pólizas de crédito. Sectores como el textil , electrodomésticos y la construcción son los que se llevan la peor parte a la hora de su contratación.

En el sector de la construcción ha habido una bajada generalizada de la calificación de riesgo de las empresas de una manera injustificada. No hay distinciones, sólo por el hecho de pertenecer a este sector se reduce automáticamente la calificación de riesgo quedando estigmatizado el sector entero. A los problemas de circulante que tienen las empresas se les añade la calificación de riesgo muy a la baja a la que son sujetas por lo que todavía se les restringe más su acceso al crédito y por tanto su margen de maniobra. A una parte se les ha reducido el importe de su línea de crédito y a otras se les ha cancelado. Además de estos problemas las bajas generalizadas en la calificación crea una sensación de desconfianza entre empresas, como puede ser una constructora y sus proveedores o una promotora con una constructora. Fruto de esta dinámica muchos proveedores exigen pagos al contado para servir material lo que limita todavía más el circulante de sus clientes, mientras otras constructoras o proveedoras optan por centrarse en los clientes grandes y de alta solvencia como una manera de garantizar el cobro y enajenarse de esta vorágine de impagos.

El problema también afecta a las constructoras civil que si bien no deberían tener el mismo riesgo sobre todo si están vinculadas a obra pública donde no existe. Estas empresas se encuentran que ante pedidos grandes los proveedores no pueden hacer frente porque no tienen crédito o porque el que tienen no les permite generar más ventas y abastecer a este cliente sin desabastecer a otros, por lo que tampoco pueden incrementar en el futuro el circulante fruto del beneficio de la venta.

Y ahora le toca el turno a las aseguradoras. Asegurar el cobro de una factura de una constructora, promotora o proveedora del sector es frustrante. El sector de pólizas y calificación de riesgo en España está copado en un 50% por Crédito y Caución y el resto en unas pocas compañías. Con un sector tan poco atomizado es difícil que se produzcan fisuras en los criterios de calificación de riesgos por lo que este sector tiene un comportamiento de monopolio. Como la situación sigue empeorando veremos como las calificaciones y las condiciones de las pólizas se restringen y encarecen todavía más. Como apunte diré que las calificaciones de riesgo en estos momentos no se ajustan a la realidad de cada empresa por lo que me parece más una táctica oportunista por parte de estas empresas para aumentar sus beneficios.

A fin de evitar la dependencia del crédito la única salida para las empresas es reducir el apalancamiento y/o aumentar los fondos propios incluso via ampliación de capital. Estas medidas han de venir acompañadas por una gestión del riesgo adecuado por parte de las empresas de manera que les permita trabajar con un riesgo controlado. Ha sido un modus operandi habitual en las empresas funcionar con grandes líneas de crédito en las que cabía todo en lugar de realizar un uso ajustado a las necesidades más comerciales y no en las estructurales. Para ello se hace necesario conocer el estado financiero de la empresa y su cash flow. Con estos datos podremos conocer nuestro circulante y nuestras necesidades reales, además de conocer los momentos críticos. En función de nuestras necesidades y teniendo en cuenta el análisis realizado podremos ajustar nuestra línea de crédito y cuando o que operaciones necesitamos cubrir con pólizas a fin de reducir el impacto negativo en nuestras cuentas además de valor si podemos realizar una operacíón comercial o no. Este conjunto de actuaciones nos permitirá organizas nuestras y ajustar nuestro musculo financiero al volumen de nuestra empresa.