Asignaturas pendientes en la construcción: Macroeconomía y estrategia

Siempre he pensado que el conocimiento del funcionamiento de la economía era fundamental por parte de las empresas para determinar la estrategía y por tanto tomar las decisiones correctas en un momento dado. Es norma que la mayoría de empresarios, y más en la construcción, no sepan nada de macroeconomía. En conversaciones mantenidas con muchos de ellos en años anteriores cuando hablabamos de estrategias empresariales nunca se valoraban los indicadores macroeconómicos. Otra de las carencias era el conocimiento de la competencia, cuotas de mercado, diferenciación, productividad, innovación, brechas de mercado y oportunidades de negocio, análisis geográficos de actividad, desplazamiento geográfico de la competencia, informes económicos y sectoriales del ministerio de industria y de asociaciones, cámaras, etc. Increible pero cierto. Esta es nuestro mundo empresarial.



Las grandes constructoras tomaron posiciones antes de la crisis. Aún recuerdo a menudo la conversación que tuve con un profesor mío y alto cargo de una de las grandes constructoras de este país, cuando allá por verano de 2007 me advertía de la gravedad de la situación que se nos venía encima. Sonaba a catastrofista pero sabiendo el equipo que tienen estas empresas sus argumentaciones y advertencias eran recogidas con sumo interés por los presentes. De hecho las grandes constructoras venían diversificando su modelo de negocio hacía tiempo. Las medianas constructoras se vieron inmersas en un modelo de negocio muy agresivo con unos planes de crecimiento muy ambiciosos centrados en el sector inmobiliario y que ahora se ha convertido en su mayor mal, dejándolas en una situación financiera crítica, procesos concursales, etc. Y detrás vienen las pequeñas empresas constructoras que no vieron venir la que se avecinaba y son las que se han llevado la peor parte por su alto apalancamiento, por dedicarse muchas de ellas exclusivamente al sector inmobiliario, por depender de una cartera pequeñas de promotoras o de una sola. Y la industria auxiliar tampoco también está sufriendo lo suyo. Las constructoras pequeñas y empresas auxiliares son las que van a hacer el mayor sacrificio. Un porcentaje importante desaparecerá irremediablemente, otro tanto verá reducido su volumen de negocio y por tanto sufrirá una reducción de tamaño traumático que las situará en una situación financiera crítica, y por último, una minoría capeará el temporal o bien por haber sido previsores, conservadores o por tener una situación financiera holgada y sin cargas.

La macroeconomía y la estrategía son asignaturas pendientes en el sector. Los empresarios no pueden dar la espalda a estos asuntos. Se ha tener un plan estratégico que permita a la empresa moverse en un mercado que siempre es cambiante, y se ha de analizar la situación económica de manera que le permita actualizar y corregir su estrategia. La construcción es un sector muy cíclico y con grandes variaciones, siempre ha sido así y lo será por el propio funcionamiento de la economía. Muchos nuevos empresarios de la construcción no habían sufrido en sus carnes la severidad de crísis pasadas por lo que aupados por el boom económico no han provisionado fondos y se han endeudado dejando a sus empresas en una situación muy vulnerable de la que difícilmente saldrán sin sacrificio económico, patrimonial, cuota de mercado, de costes, de productividad, volumen de negocio, capacidad financiera, etc. Demasiados frentes abiertos todos ellos interrelacionados. Aquellas empresas que no tengan una situacción económica saneada en estos momentos no superarán la crisis. Vienen por delante unos años muy dificiles para la construcción donde el sector inmobiliario se ha reducido en una cuarta parte y la obra pública a la mitad. Nada será como antes.