Gestión del talento

El talento en un individuo lo podemos definir como la unión de dos cualidades: el saber hacer(Know how) y las habilidades para realizarlo. El saber nos permite tomar las mejores decisiones a la hora desarrollar y dirigir nuestro trabajo, mientras que las habilidades influyen en el modo en como desarrollamos nuestro conocimiento. La suma de estos elementos constituye el talento.

Las personas con talento tienen una capacidad productiva muchísimo mayor que el resto, que puede llegar a ser diez veces superior. Su conocimiento de un tema y su habilidad para desarollarlo le permiten obtener ese rendimiento superior. Son personas con inquietudes profesionales, a las que les gustan los retos y que se nutren de todo el conocimiento necesario para desempeñarlo. Son exigentes consigo mismos, necesitan proyectos que les estimulen y trabajando bajo presión sus sentidos se agudizan. Tienen facilidad para el trato personal lo que les permite dirigir equipos y mantener un alto grado de motivación y compromiso.

Desde el punto de vista empresarial incorporar a personas con talento en la plantilla debería ser el objetivo número uno de cualquier empresario. El conocimiento que pueden aportar, su rendimiento, su implicación y su afán de superación enriquecen a la empresa.  Hay que beneficiarse al máximo de sus aportaciones y allanarle el camino en su desarrollo profesional pues su potencial de crecimiento no tiene límites y la empresa no debe ponérselos. Personas con estos perfiles son las que acaban arrastrando a muchas empresas a mejorar la organización, aumentar la productividad, reorientar el negocio, realizar proyectos más complejos y elaborados, etc. Son diamantes que se van puliendo cada vez más y que hay que saber retener.

Son los pequeños empresarios los que más pueden aprovechar estos conocimientos con el fin de realizar cambios en la empresa. Muchas veces la aportación de ideas nuevas en la empresa topan con la negativa del empresario que no está acostumbrado a recibir consejos. Lo normal es que la persona acabe marchando frustrado de no haber podido hacerle ver más allá. Si le dejan hacer lo más probable es que sólo consigan retenerlo mientras se realizan  estos cambios o proyectos a no ser que se sigan confiando en sus capacidades y se le ofrezca una proyección profesional que le motive a quedarse.

Si nuestra empresa se dedica a obra civil y tenemos a un ex-jefe de grupo de obra civil y con amplios conocimientos de infraestructuras realizando labores de jefe de obra, realizará su trabajo con gran facilidad y profesionalidad además de tener un rendimiento superior y probablemente nos aliente a crecer hacia la construcción de infraestructuras. También hay que valorar el aporte de conocimientos que les trasladará a sus compañeros aumentando el conocimiento colectivo y por tanto de la empresa.

La inversión en capital humano, es como su nombre indica, una inversión. Y como tal se produce un retorno por aumento de productividad, mejora en la gestión, etc. Siempre se rentabiliza. Si tienes al mejor equipo llegará lejos. Es por ello que siempre debemos rodearnos de los mejores profesionales, aquellos que gracias a sus cualidades nos permitirán coger una senda de valor y mejora contínua con el fin de desarrollar todo el potencial de la empresa.