La falsa clase media en España
5 de febrero de 2009
Definamos la clase media y la clase baja. Como clase media entendemos la unidad familiar que tiene cubiertas sus necesidades básicas y cuya economía holgada le permite destinar recursos a otros menesteres. Como clase baja entedemos la unidad familiar que realizar un esfuerzo para cubrir sus necesidades básicas y no dispone de recursos sobrantes.
Pasemos al análisis.
La economía.
El crecimiento económico de España en la última década ha sido posible por varios motivos. El primero ha sido la coyuntura internacional favorable que favorecía un flujo muy alto de capitales, España fué uno de los mayores receptores de inversión extranjera. La necesidad de vivienda en España tanto para los babyboomers como para inmigrantes empujó a este sector a tasas de crecimiento nunca vistas. España se había convertido en la segunda residencia de Europa lo que alimentaba todavía más la construcción y atraía inversores. Los precios de las viviendas aumentaban sin parar aumentando la sensación de riqueza de los ciudadanos. El consumo mantenía crecimientos constantes y se creaba una verdadera economía de consumo. El mercado del ocio crecía. La espiral se autoalimentaba y crecía sin parar. Entre todo esto los babyboom nacidos en los 70 compraban viviendas a tipo de interés nunca vistos. La economía española estaba sobrecalentada y aumentaba su inflación. El coste de las hipotecas aumentaba con las subidas del BCE para controlar la inflación en toda Europa.
La generación más preparada.
Se hizo un gran esfuerzo para socializar la educación tanto universitaria como de formación profesional conseguiendo un alto grado de formación. Esto nos había de convertir en una sociedad de conocimiento y en una economía de alto valor añadido. Apesar de ello no se realizaron cambios estructurales que cambiaran el modelo económico y fruto de esta falta de cambio nos encontramos hoy con una generación que no puede desarrollarse profesionalmente y cuyo futuro está condicionado por el propio modelo económico. Es la típica estampa del universitario trabajando en un puesto de trabajo que no requiere formación y cuyo sueldo es mileurista. El mercado no tiene salida para ellos. Esto aumenta el grado de insatisfacción del individuo y reduce las posibilidades de autorealización.
Las hipoteca y su condicionamiento socioeconómico.
Desde fuera pudiera parecernos que esta familias no padecen problemas económicos, tienen piso, coche nuevo y visten bien. Hasta ahí todo normal. Pero como unidades familiares de consumo tienen por delante unos gastos increscendo que no podrán asumir. Vendrán los hijos y sus gastos aumentarán teniendo que reestructurar su economía y prioridades. Sugirán gastos imprevistos, llegarán la vacaciones y quizás no haya dinero, el coche se hará viejo, y así un sin fin de gastos.
Ahora nos encontramos con una generación que tiene una hipoteca que casi no puede pagar o representa la mitad o más de los ingresos de una pareja. A lo largo de este año 2009 se los tipos se mantendrán bajos y quizás bajen algo más. Pero que nadie se engañe. Las hipotecas de nuestros jóvenes son a 30 años. En cuanto la economía se recupere y empiece a crecer la inflación subirá. Se ha inyectado mucho dinero en el sistema por lo que cuando los bancos vuelvan a funcionar con normalidad, se restablezca el consumo, se vuelvan a vender viviendas, etc, se va a producir un aumento de la inflación más acusado y el BCE subirá los tipos. Tarde o temprano volveremos a ver tipos entre un 2,5 y un 4% cuando reactive la economía y empiece a subir la inflación, aunque nos hemos acostumbrado a cifras tan bajas que hasta a los expertos les cuesta a veces volver a coger perspectiva. Teniendo en cuenta que la hipoteca media de los jóvenes es de 30 años tienen muchos años de penurias por delante. Esto se agrava en el caso de los mileuristas que representan la mitad de la población y que apenas mejorarán sus salarios con el tiempo al estar en sectores de poco valor añadido. La hipoteca los metió en una vida de subsistencia. Y a la vuelta de la esquina tienen una subida de tipos a dos o tres años vista. Lo peor de todo es que lo sufrirán en silencio por que la economía volverá al ciclo expansivo y nadie tomará medidas para librarles de esta axfisia. A largo plazo tendrán un camino tortuoso que verá su final cuando reciban una herencia y acaben de liquidar su hipoteca.
El futuro.
Llevaban años los estudiosos del tema advirtiendo que en España se estaba creando una falsa clase media que el sistema no iba a poder apuntalar. Nuestra economía de pandereta, muy industrializada y con escasa aportación de valor no puede competir contra las primeras economías mundiales. Ya no somos competitivos y muchos países subdesarrollados o en vías de desarrollo están llevándose la producción y provocando una deslocalizando de nuestra industria. No ofrecemos productos de alto valor añadido que apesar de requerir poca mano de obra necesitan personal cualificado y ofrecen un trabajo de calidad y mejor remunerado. Nos encontramos con una clase media que vivió una juventud de alto consumo durante un ciclo económico anormalmente largo y que se embarcó en la compra de una vivienda.
Ahora tenemos a esa falsa clase media hipotecada hasta el límite, con dos créditos a la espalda y sin grandes posibilidades de que su situación cambie. Sus vidas se limitan a mantener lo que tienen y sobrevivir. Pasan a formar parte de la economía como unidades familiares de consumo: hipoteca, luz, agua, gas, comida, ropa, estudios de los hijos, seguros, etc. Su consumo se orienta a productos básicos, donde el ocio queda relegado a algo anecdótico. Esta generación será una generación frustrada, decepcionada con el sistema, y que sufrirán como ninguna cualquier problema en la economía. Su calidad de vida se verá mermada y sufrirá los aumentos de los productos de consumo que le son básicos afectando a su economía doméstica con severidad. Durante un par de decenios el país tendrá un lastre económico y un drama social a sus espaldas que puede comportar una brecha de clases, problemas sociales, de orden público, delincuencia. Esta falsa clase media supondrá un enorme gasto social si la economía se resiente y aumenta el paro durante los próximos veinte años, y el Gobierno tendrá que tener muy presente a este colectivo si no quiere que se convierta en un polvorín humano y económico.
Los primeros síntomas del calvario.
Cada vez son más frecuentes la demanda de derechos de todo tipo. No existe la cultura de los deberes como ciudadanos. La falsa clase media se adentra en el consumo y su autoestima y valoración como individuo se refleja en su compulsiva demanda de reconocimiento social. La necesidad del individuo de pertenenencia a un grupo social junto con su necesidad por diferenciarse del resto chocan frontalmente cuando salimos a la calle. Estos ciudadanos se sienten con derecho a todo pero no entienden que los derechos son los que son y que están en igualdad de condiciones que los demás. Empiezan conflictos de la nada que acaban magnificándose y encontramos casos que llegan a saltar a los medios de comunicación. La concienciación y pedagogía ofrece nefastos resultados y los poderes públicos se ven obligados a tomar medidas civiles que pongan orden tanto a nivel social como empresarial. Tenemos a una falsa clase media que ha saboreado su condición de pertenencia y a la que ahora bajamos de su pedestal de cristal. No baja por voluntad propia sinó por la de los acontecimientos. Encontramos entonce a una parte de la sociedad que no acepta su degradación social, que quiere volver a subir el escalafón y que probablemente no lo consiga nunca.
Aún hay experanza.
España ha de acometer reformas estructurales serias que permitan un apuntalamiento del tejido social y productivo para cuando salgamos de la crisis y siempre que logremos alcanzar cotas de crecimiento del 3%. Será nuestra última oportunidad para cambiar nuestro modelo productivo por uno de alto valor añadido e innovación. O lo hacemos o acabaremos engullidos o sustituidos por China, India, México, Brasil, Chile, Turquía, Hungría, Argentina o cualquier otro país. De como hagamos las cosas en los próximos años depende el futuro y el bienestar de nuestra sociedad.